El Infierno es Amor

La Generala (1973)

Rodrigo Ortega Acoltzi
620

Por Ti
Óscar Chávez
Óscar Chávez, 1971
Del soundtrack de la película "La Generala"
Universal Music de México


Por ti, yo dejé de pensar en el mar.
Por ti, yo dejé de fijarme en el cielo.
Por ti, me ha dado por llorar como el mar,
me he puesto a sollozar como el cielo.
Me ha dado por llorar.

Por ti, la ternura se niega conmigo.
por ti, la amargura me sigue y la sigo.
Por ti, me estoy volviendo loco de celos,
se vuelven contra mí mis anhelos.
Se vuelven contra mí.

Por ti, la vida se me ha vuelto un infierno.
Por ti, estoy muerto de amor tan enfermo.
Por ti, se han vuelto llaga el sol y el dolor,
se han vuelto mal la flor y el amor.
Se ha vuelto mal la flor.

Por ti, el mar es la locura del cielo.
Por ti, el llanto es una llaga de celos.
Por ti, el dolor es el sol sin la flor,
el infierno es amor tan eterno.
El infierno es amor.

Por ti...

Por Ti, originalmente titulada El Infierno es Amor, es quizá la más célebre de las canciones de Óscar Chávez, además de ser una de las más bellamente escritas lírica y musicalmente.
La canción, escrita por el intérprete, aparece en el álbum De la Película La Generala: Óscar Chávez Canta sus Propias Canciones, banda sonora del último filme de María Félix, cuya dirección corrió a cargo de Juan Ibañez -quien cuatro años antes dirigió Los Caifanes. La película, grabada a colores, a su estreno en 1971 no recibió muchas críticas favorables, por lo que no figura dentro del catálogo "clásico" de María Félix; sin embargo, desde el estreno de la misma, la banda sonora ha sido alabada como una de las mejores obras de Óscar Chávez, por lo que fue editada como un disco dos años después, constando enteramente de canciones de su autoría -a excepción de La Bailarina Española, cuya letra es un poema de José Martí.
Llamada por muchos la obra maestra de Chávez, Por Ti logró llegar a la médula de la cultura popular mexicana, siendo indispensable en fiestas y reuniones populares y familiares. Por su lírica desesperada, desgarrada y dolida, su aire melancólico, y un arreglo en piano realizado por Chamín Correa, esta canción tiene sus raíces en lo más hondo del sentir mexicano respecto al amor -y desamor-, a la desilusión y la amargura, sin faltar -como los poetas del renacimiento- el respeto a la persona a quien la canción está dedicada, y enalteciendo el alma del amante, paciente y constante a pesar de las adversidades.
Pieza querida y ovacionada por el público, marca el clímax en las presentaciones en vivo de Óscar Chávez, en que jóvenes y viejos corean la letra de un tema que tanto se parece al infierno, y tanto más al amor.

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