Fuera del Mundo

Los Caifanes (1967)

Rodrigo Ortega Acoltzi
620

Vilchis Silva, Ballesté Segura, Juan Ibáñez
Óscar Chávez, 1967
Del soundtrack de la película "Los Caifanes"
Universal Music de México






Voy a buscarte,
voy a encontrarte,
voy a llevarte
fuera del mundo.

Tú y yo,
nosotros dos,
ahora,
así,
aquí:
fuera del mundo.




De lírica en apariencia sosa, y de una musicalidad simple, pero cuidadosa, Fuera del Mundo, paradójicamente, envuelve al escucha en un aire casi místico, invisible; caifanesco...
La canción, que originalmente daría título a la película de Juan Ibáñez rodada en 1966 y estrenada un año después -filme que finalmente ostentaría el nombre Los Caifanes-, es una referencia al contenido de la cinta, que parece suceder, a pesar de situarse en la nocturna Ciudad de México de finales de los 60, fuera del mundo.
La autoría, parcialmente del director, revela la intención de Ibáñez por involucrarse en varios de los aspectos de la producción. Esta canción fue compuesta ex profeso para ser cantada por Óscar Chávez, quien interpreta  El Estilos en la película.




José Martí, Óscar Chávez
Óscar Chávez, 1967
Del soundtrack de la película "Los Caifanes"
Gala Musical



Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda.

Ella dio al dememoriado
una almohadilla de olor.
Él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores.

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador.
El volvió con su mujer;
ella se murió de amor.

Como de bronce candente
al beso de despedida
era su frente: ¡La frente
que más he amado en mi vida!

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor.
Dicen que murió de frío;
yo sé que murió de amor.

Allá, en la bóveda helada, 
la pusieron en dos bancos.
Besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador.
Nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.

Una de las escenas memorables del viaje nocturno de Paloma y Jaime -Julissa y Enrique Álvarez Félix, respectivamente- con los Caifanes, sucede durante una huida automovilística, en que El Estilos, desde el asiento de atrás, entona, a manera de serenata para un amor que desde el inicio de la cinta se antoja imposible, el célebre poema de José Martí, La Niña de Guatemala, musicalizado por Chávez, e incorporado al filme por petición del director.
Quizá sea ésta la canción de Los Caifanes que mayor influencia imprimió en el público. El tema volvió a ser grabado por el propio Óscar para su disco Latinoamérica Canta, y cuenta con versiones de decenas de intérpretes reconocidos en todo el mundo de habla hispana.

Éxito rotundo en taquillas y cultura popular mexicanas, Los Caifanes sigue siendo, probablemente, la aparición mejor recordada de Óscar Chávez en cualquier medio. Filme independiente -producido por la efímera Cinematográfica Marte- y de bajo presupuesto, logró retratar fielmente el realismo mágico de la vida juvenil nocturna de las clases alta y media-baja, así como las grandes diferencias entre los estratos sociales.
A partir de 1967, la aparición de Óscar Chávez -egresado de la carrera de Teatro en la Escuela Nacional de Arte Teatral, y del Centro Universitario de Teatro de la UNAM- en películas mexicanas se volvió más importante y más reconocida; sin embargo, es a partir de Los Caifanes que su carrera se inclina definitivamente hacia la música.

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